domingo, 20 de febrero de 2011

Patas de palo, parches y descargas: "¡Yarr, soy un temible pirata!"


   Si no fuese por internet apenas podría escuchar la música que me encanta. Si no fuese por internet dificilmente habría visto nunca las series o películas que se han convertido en mis favoritas. De hecho si no fuese por internet, tampoco conocería ni la mitad de grupos y discos que conozco y escucho diariamente y posiblemente ni siquiera hubiese llegado a mis manos el género musical que adoro.

   Primero, hablemos de derechos de autor. Este es un tema realmente muy, muy complejo; en el que no estoy capacitado para proponer ni de lejos una solución o alternativa, pero si para divagar y dar mi opinión. Primero surgen dos preguntas contrarias... ¿es loable que un autor pueda percibir beneficios (hasta el punto de vivir de ellos con mucha, mucha suerte) por una sola de sus creaciones por siempre (e incluso sus herederos)? y su contraria ¿por qué no debería de recibir beneficio el autor por el uso de su creación? Las patentes de inventos caducan para evitar monopolios y pasar a ser de dominio público ¿así que por qué no han de hacerlo las de cultura? El problema son los matices, donde y como marcar los margenes... hecha la ley, hecha la trampa. Si hay algo que tengo claro en este tema, es que una explotación comercial de la obra (y más sin reconocimiento del autor como suele ser) como por ejemplo música en anuncios o películas si que debería de suponer un beneficio para el autor.

   El problema aquí, a mi ver, son las gestoras de derechos de autor. Como siempre, el intermediario. La principal y más conocida en España es la tristemente famosa SGAE. Y el problema son sus métodos que no su fin, sus modos, su prepotencia sobre el consumidor. Hacen algo bueno, repartiendo entre sus afiliados gran parte de los beneficios, siendo estos una buena ayuda para muchos pequeños autores...  Pero cobrar a una televisión por emitir contenidos con derechos de autor tiene un pase (no olvidemos que son contenidos que ha comprado con lo que el autor ya ha recibido su parte pero...). El cobro a un bar (o cualquier otro establecimiento) por tener una televisión o una radio, es un abuso ya que las cadenas de televisión y radios ya han pagado los derechos de autor por emitir esos contenidos, ¿por qué ha de pagar el dueño del local de nuevo esos derechos de autor? El cobro (o el intento de este) en actuaciones de teatro benéficas, representaciones teatrales en colegios o de jubilados, música en bodas o películas visionadas en institutos es de una codicia repugnante. Y que mejor para ilustrar todo esto, que el testimonio de un autor.

   De todas formas no se puede hablar de la SGAE sin hablar del canon digital. Esta medida fue concebida como algo temporal, y, al contrario de esto se instaura cada vez con más fuerza y se expande. Actualmente cualquier aparato que pueda almacenar cualquier tipo de contenido lleva canon. No solo mp3s, cds o dvds, también discos duros (externos o internos), memorias flash e incluso impresoras o grabadoras de cd. No hace mucho la UE declaró ilegal el cobro del canon a empresas tal y como se venía haciendo (de forma indiscriminada) (sentencia). A pesar de ello, el gobierno declaró que permitiría que este cobro siguiese ocurriendo durante, como mínimo, seis meses más, mientras se pensaban en alternativas y como modificar la norma. Esto es, pensar en como hacer que los usuarios suplan esos ingresos que ya no vendrán de las empresas.

   Además hay que tener en cuenta algo contradictorio. Las gestoras de derechos de autor reciben grandes subvenciones del estado y propiedades para cumpliar su función. Pero al mismo tiempo estas entidades obtienen unos buenos beneficios después de haber realizado el reparto (y eso sin contar con las pensiones vitalicias que se aseguran sus directivos). ¿Por qué una entidad que obtiene beneficios es además financiada con el dinero de ciudadanos (dinero obtenido mediante y para otros fines que no tienen que ver con derechos de autor)?

   Y en estas entra en escena la impopular ley Sinde, que no solo puede cerrar páginas con "enlaces a contenidos protegidos por derechos de autor sin consentimiento del mismo" sino que además puede bloquear el acceso a páginas hospedadas en otros paises (cuando leí esto me quede pensando cuanto nos falta para acabar como China).

   Visto todo esto, habría que preguntarse quienes son los piratas, o mejor dicho los corsarios (puesto que actuan con el beneplácito del estado), en esta historia.

   Según los datos de AFYVE (asociación de discográficas españolas)  en 2004 el reparto de beneficios por la venta de un CD serían los siguientes:

-IVA 16% (Actualmente sería un 18%).
-Tienda 40.2% (Evidentemente este porcentaje depende del establecimiento)
-Discográfica 24.4%
-Distribuidor 4%
-Fabricación 4%
-Derechos de autor 4%
-Royalty para el artista 9.4 %

   Evidentemente estos porcentajes pueden cambiar según el lugar de venta, contratos, etc. Además hay que tener en cuenta que el royalty para el artista solo es del 9.4% en el mejor de los casos (esto es, casi nunca) el porcentaje suele ser mucho mayor y en casos como discos en promoción televisiva u oferta puede reducirse hasta el 3%. Visto así puede parecer tremendamente abusivo. Pero hay que tener en cuenta varios factores. El trabajo de marketing que realizan y ahorran al grupo es realmente trabajoso, además de los grandes costes de grabación, producción, masterización, etc que corren de parte de la discográfica/productora también. Unos costes que en grupos sin ventas de decenas e incluso centenas de miles de copias (la inmensa mayoría) no se cubrirían sin esos porcentajes a primera vista abusivos.

   Hablando de CDs, precios y beneficios no podemos mirar hacia otro lugar que no sea la venta digital. Esta es prácticamente inexistente en España y solo representada en los servicios de iTunes y Spotify (y sin que se les de mucha promoción ni tener una oferta completa). Si consideramos el reparto de beneficios en la venta de un album digitalmenet podremos ver como los costes de distribuición y fabricación desaparecen por completo, el trabajo que realiza la discográfica para vender los discos a distintas tiendas también desaparece y el porcentaje que la tienda necesita ganar es mucho más reducido (ya que los costes asociados a la tienda son mucho menores que los de una tienda física). De este modo el precio podría reducirse en un 40% aprox. manteniendo el mismo margen de ganancias para todas las partes. Pero aquí aparece la codicia de algunos, los grandes, aquellos que imponen contratos abusivos y desfavorables a los artistas sin tener la necesidad de mantener los mismos porcentajes que una pequeña discográfica sin demasiadas ventas. Así podemos ver como discográficas como EMI o SONY han ejercido la curiosa práctica de vender sus discos más caros en las tiendas digitales que en las físicas. El planteamiento sería algo así como, seguimos cargando al precio costes de distribuición, materiales, etc pero nos los llevamos como beneficio neto nosotros.

   Por cierto, el argumento de "¿y qué pasa con los videoclubs? ¿toda esa gente a la calle?" es tan válido como "¿Y que pasa con los empleados de las fabricas de VHS? ¿Toda esa gente a la calle?". Hay profesiones que desaparecen y otras nuevas que surgen, y eso no puede ser excusa para poner freno al avance.



   Hablando de Sinde, venta digital y derechos de autor evidentemente hay que entrar en el tema de las páginas de descargas (o de enlaces mejor dicho) y el p2p. Amboss son temas... peliagudos y contradictorios como el de los derechos de autor. Por un lado está el ya tan clamado compartir... es cierto que no se puede prohibir el que una persona comparta su música, películas o libros con sus conocidos... pero ¿donde establecer esos límites? Porque está claro que si cuelgas algo y obtiene 1000 descargas no es prestarle un libro/película/cd a tus amigos precisamente... Aunque por otro lado estas descargas son una publicidad tremenda para el artista en cuestión, es un hecho innegable que hace llegar ese producto a muchísima gente que de otro modo jamás lo llegaría a conocer y por lo tanto aumenta la cartera de clientes. También suele usarse la excusa de que donde se vive no llegan los discos de ese artista o el "descargo y si me gusta compro". Son dos argumentos válidos que se solucionan con la venta digital (llega a todas partes y servicios como iTunes tienen preview). El problema es que hay mucho falso... ¿cuantos de los que dicen "descargo, escucho y si me gusta compro" compran realmente lo que les ha gustado y lo que no, lo borran sin volverlo a escuchar? Estoy seguro que muy, muy pocos y esa es una posición tan falsa y mentirosa, como la de las compañías que calculan sus perdidas considerando que todo lo descargado "ilegalmente" habría sido comprado en las tiendas de otro modo... algo bastante irrisorio teniendo en cuenta que dudo que esa cantidad llegase ni al 5%. Además hay que tener en cuenta el ánimo de lucro de la página en cuestión. No es lo mismo un foro (normalmente especializado en un género) que hace muchísimo por la promoción de esos artistas (y que cuando tiene ingresos no pasan de cubrir los gastos de mantenimiento) que una página de descargas llena de publicidad, donde el propietario tiene grandes ingresos por lo que allí tiene. Pero que mejor que otro autor para tratar este tema (uno de los mejores artículos que he leido sobre el tema y que terminó así tras las increpaciones de Alejandro Sanz sobre terminar en la calle y regalar libros).

   De todas formas, llegados a esta situación, el artista de verdad y sus discográficas ya ni siquiera luchan por los cds, saben que es una batalla perdida. Medidas como el canon, la ley Sinde, o la actitud de las grandes casas discográficas, cinematográficas o autores han puesto a la opinión pública en contra de toda la industria cultural; no siendo solo estas instituciones y personas las que sufran las consecuencias e iras del consumidor sino todos los que participan en la industria cultural. Ahora el mundo de la música (la de verdad, la que no tiene mansiones en Miami y no está de acuerdo con Sinde y compañía) pide el apoyo en los directos, en conciertos. Y el consumidor le da la espalda suciamente. Y esto es porque se ha llegado a un punto de dificil solución donde ambos lados han sido demonizados por una despreciable (por codiciosos no por nimiedad) parte de ellos. No todas las discograficas son el demonio. Y los talibanes del todo gratis, o los de "es que los cds están muy caros" pero que se gastan 10€ por entrar a una discoteca y 6 por cubata todos los fines de semana solo son unos hipócritas y unos falsos, cuyo único objetivo es aprovecharse del trabajo de los demás. Ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos.

   Y dicho todo esto, con la cabeza bien alta lo admito, soy uno de esos a los que llaman piratas o internautas que ahora parecen ser sinónimos, soy un fan, soy un melómano, soy un cinéfilo y soy un ávido lector. Me encantaría tener el cd original de "Un tipo cualquiera" de Toteking, me encantaría tener un "Ars Magna/Miradas" de Nach y me encantaría sumar a mi colección de libros una edición especial de "1984" de Orwell o del "Ulises" de Joyce, pero me tengo que contentar con el desgastado y machacado préstamo de la biblioteca o con mi desvencijada edición de bolsillo de "Los pilares de la tierra". Si actualmente me plantase en la FNAC por ejemplo, y me gastase 60 € en 4 cds, posiblemente mi patrocinadora (aka mi señora madre) querría matarme y eso contando con que fuese un capricho puntual... y con cuatro discos no tendría ni para empezar. Pero, cuando tenga los medios para ello, tengo claro que tendré mi estantería llena de cds y libros. Y eso, no me privará también de tener mi mp3 hasta arriba y mi ebook. Porque esos cds y libros solo serán reliquias, adornos que admirar, callados homenajes a sus autores a los que reverencie, ya que su utilidad práctica será nula (sobretodo la de los cds).

   Actualmente un cd de música o un dvd con una película tienen la misma finalidad y utilidad que un disco de vinilo. Son un objeto de coleccionista sin utilidad practica. Son soportes físicos que sufren mucho con el uso y además, son imposibles de transportar de un lugar a otro, de llevar contigo. No voy a rayar un disco de 15 € metiendolo y sacandolo del lector del coche. Ya sufro al machacar mis libros cuando los llevo de viaje (y me cuesta decidir cuales llevar). No voy a caminar con un discman más grande que mi mano que solo puede llevar un cd de 15 canciones, pudiendo llevar un mp3 de 8 gb que me cabe en la palma, sería bastante estúpido.

   Y no, no me sirve comprar el cd y descargarlo al ordenador para poder usarlo en el mp3. ¿Por qué he de pagar unos costes de distribuición, grabación y materiales de algo que no voy a usar?

   Antes se lanzaban ediciones especiales limitadas de discos, libros o películas, ediciones de coleccionista que las llamaban. El futuro es que el soporte físico común sean las ediciones de coleccionistas, mientras que la mayoría de la llamada cultura sea adquirida y almacenada digitalmente (ya sean descargas como iTunes, Napster y compañía o "streaming de alquiler" como Netflix o Spotify). Es la perspectiva más logica si hablamos de comodidad, calidad, precio e incluso, aunque suene tonto, medioambiente.

   La industria cultural debe renovarse desde sus cimientos, casi partiendo de cero, y dejar de invertir sus esfuerzos y desmanes en perpetuar su modelo desfasado. "Las reglas del juego han cambiado". El consumidor debe devolver su apoyo al autor o dejará de tener productos que consumir. Adaptarse o morir y esto va por los dos bandos.

2 comentarios:

Drew dijo...

Hoy te contesto por puntos, porque si no escribo la Bibila jeje
1º Derechos de autor. Los defiendo a muerte porque son de lo único que viven. En cuanto a lo de los derechos hereditarios, si no me equivoco caducan a los 80 años. Y por cierto, hay derechos de autor (compositor) y derechos de ejecución (los que cobra Bisbal cuando canta un tema que no ha compuesto él, los de autor se los lleva el pobre compositor al que no conoce ni dios).
2º. Como tu dices, el problema es la gestión. Ahí me quedo con la visión de Esperanza Galera en el siguiente artículo, que casualmente ha publicado hoy. http://www.esperanzagalera.com/mi-opinion-como-musico/
Resumiendo, gestión de derechos si, pero sin exagerar. Cobrar por que tu música salga en un anuncio es justo, porque estás apoyando un beneficio comercial. Pero cobrar porque tu música se pinche en una boda o en una peluquería es ridículo.
3º Los datos de AFYVE me extrañan, porque no me cuadran. El de tienda y el de discográfica me parecen un poco altos, pero vamos, que puede que sí sea así. Reconozco que yo no he calculado los míos por porcentajes.
4º En lo de las tiendas, ya sabes que no coincido contigo. Para mí no se puede comparar el soporte físico con el digital. Sobre todo, soy INCAPAZ de leer un libro sobre una pantalla. Pero en cualquier caso, para gustos, colores. Y también pienso que no todo vale para bajar precios. Joroña, que un CD hoy en día son 15€ o menos, como tu dices, mucha gente se gasta más en copas.
5º Por si no lo sabes, la distribución digital también tiene un coste, aunque obviamente es más barata que la física.
6º Amén por lo de los directos 
7º No tienes el Miradas/Ars Magna???? Para matarte. De hecho, yo lo compré 2 veces. Eso si que es dinero bien invertido. Por cierto, yo me compré “Un día en Suburbia” por 6,50€ en Tipo.

Jasón dijo...

1,2 y 3. Todo de acuerdo y lo dicho. Eso si, el artículo de Esperanza es de Diciembre y casualmente ya lo había leido ;-), debería haberlo linkado también.

El 4. a mi tampoco me gusta leer en una pantalla, de hecho odio leer en el ordenador pero como ya te comenté hay muchos tipos de "pantallas" le tengo que echar un ojo al tema.

5. Justo lo que digo.
6. Nada que añadir.
7. Para mi dolor no tengo ninguno. Ya te contaré...

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