sábado, 26 de marzo de 2011

Pasos insomnes: Monte, mar y urbe, Alicante

   Romero, salítre y tubos de escape.




   Aire fresco y olor a campo entre los edificios. Y es que la cabra tira pal monte.


   Galería completa.


   (Subido a Flickr para no sobrecargar blogger, eran demasiadas, simplemente pinchar en el link e ir pulsando siguiente :-))

domingo, 20 de marzo de 2011

¿No a la guerra?

Para tratar el tema hoy, contamos con la participación del ilustrísimo licenciado en Psicología el Sr. Pablo Carreño (@Olvapb612).

Jasón:
   Bueno, para empezar, cual es tu opinión sobre las guerras/conflictos bélicos (esto último suena muy poético como “intervención militar” o “incursión aérea”)

Pablo:
   Creo que son una solución de compromiso. Que la vía de la violencia es la forma fácil de hacer callar las ideas del otro, que se oponen o bien al orden establecido o bien a la posibilidad de cambio. No estoy de acuerdo con el uso de la violencia, por principios. Siempre a negociar. Como todas las cosas de esta vida supongo.

Jasón:
   Eso es un no a la guerra ¿no?

Pablo:
   A ver por definición, me tendría que posicionar en contra de cualquier conflicto bélico. Considero que la resolución de un conflicto de cualquier tipo no tiene por qué derivar en algo violento. No creo que la oposición de dos ideas tenga que pasar por la muerte de población. Creo que defender una postura puede hacerse en otros foros, con otras reglas. Matizaría pues lo de estar en contra de cualquier guerra, por definición sí, pero una vez que el conflicto se ha producido y las partes han entrado en guerra redirecciono mi posición, dependiendo de qué estemos hablando.

Jasón dice:
   No puedo estar de acuerdo contigo, a mi ver las guerras, dada nuestra situación actual (como sociedad y especie), son totalmente necesarias.
   El ser humano es mezquino, egoísta, codicioso y rencoroso, es una reminiscencia evolutiva para sobrevivir por encima de tus iguales, la bondad es una invención de la sociedad organizada. Actualmente todos los países tienen una cantidad ingente de armas acumuladas para "defenderse", como “argumento disuasorio” ante un posible ataque. La cantidad de bombas nucleares es enorme (especialmente las estadounidenses y rusas, pero hay muchos países poniéndose al día como la India o Irán). Eso sin contar con una buena cantidad de idiotas necesitados de violencia y medio locos en todas las sociedades, pero eso es otro tema.

   Los conflictos nacionales e internacionales podrían resolverse por medio del dialogo, pero eso haría que una de las dos partes quedase descontenta si no las dos... Esa resolución sería caldo de cultivo entre las masas, exacerbando un odio semi-irracional generación tras generación hasta que este explotase de una forma mucho más fuerte y violenta que el problema inicial.

   En este mundo de intereses y superpotencias mundiales, rápidamente se crearían alianzas entre los "colegas" ya existentes, haciendo que finalmente estallase un conflicto global mucho más grave que una pequeña guerra particular. Un conflicto global que posiblemente nos llevase al exterminio de la especie y la casi destrucción del planeta.

Pablo:
   Me reitero en la opinión de que la guerra no es más que una solución de compromiso. Pensar que es intrínseco del ser humano el ser mezquino rencoroso y avaricioso es una posición bastante pesimista sobre la realidad de las personas. Si bien es cierto que la competitividad como tal si podría ser intrínseca del ser humano, el problema es que las reglas del juego han determinado que el pisar al otro para alcanzar los objetivos es lo natural. La violencia es utilizada así para acallar las voces de los otros.

   No creo que la situación se alivie por el hecho de destensionar de vez en cuando con pequeños conflictos la situación global. Considero que los acuerdos internacionales podrían ser posibles haciendo que la gente ceda, inculcando eso a la sociedad supuestamente avanzada del S.XXI. Lo que pasa es que es más fácil recurrir a la posibilidad de matar para acallar al otro, sin pasar por un proceso de negociación previo.

   Tu ves la guerra como la válvula de la olla que deja escapar la presión para que no estalle el interior, yo sin embargo considero que la guerra lo único que hace es fomentar ese odio entre sujetos de una sociedad. En el momento que uno vence y el otro pierde, haces que los que pierden se tomen la venganza, en algún momento lo cual no hace más que empeorar la situación.

Jasón:
   Bueno, vayamos por puntos:
   -El que es intrínseco al ser humano el ser mezquino y rencoroso no es una opinión es un hecho. Es un mecanismo de supervivencia profundamente arraigado en nuestro cerebro de reptil. Un león royendo un hueso no permitirá que se acerque el resto de la manada a alimentarse también, solo si es una presa grande y está saciado puede que permita que los demás se alimenten, el ser humano actúa de la misma forma solo que conseguimos acallar esos instintos gracias a nuestros valores morales desarrollados por nuestro cerebro más avanzado y nuestra educación, pero no podemos omitir ese instinto (unos más, otros menos).

   -En cuanto a acallar la voz de otro con violencia... si pero no. Es lo que ocurre a primera vista, pero no es lo que yo pretendo hacer hincapié. De manera basta podemos decir que una guerra es una buena forma de solucionar el conflicto, eliminada una de las partes, eliminado el conflicto; muerto el perro se acabó la rabia. Pero, evidentemente nunca se da el exterminio total de una de las partes y menos en estos tiempos. El conflicto en si mismo, su horror, su sufrimiento, es lo que permite que ambas partes (siempre desde el punto de vista de las masas, del pueblo, que son lo realmente importante pues pueden hacer que el conflicto reviva en un futuro) terminen deseando que la disputa acabe. Se llega un punto, en el que a la gente no le importa el problema inicial, solo quieren que acabe esa guerra, y por lo tanto, gane quien gane, el bando perdedor asimilará las consecuencias, siempre que no sean tremendamente excesivas (e incluso en ese caso). 

   Un buen ejemplo de esto podría ser la guerra civil española y su final, la inmensa mayoría de la gente al terminar la guerra no quería hablar de posiciones políticas, simplemente vivir su vida lo mejor posible.
En cambio en una solución negociada y pacífica lo importante es “ceder” como bien dices, y nadie quiere ceder. Lo más normal es que una de las dos partes quede insatisfecha, o ambas lo hagan. Dando lugar a que entre las masas de una posición u otra, vaya creciendo poco a poco un odio y rencor mayor del inicial.

   Esto se puede ver por ejemplo con la abusiva resolución que se le impuso a Alemania tras al final de la primera guerra mundial, culpándola de todo el conflicto a ella... La guerra sirvió para que "no se volviese" a discutir sobre las colonias en África. Pero en cambio creó un rencor, ira e impotencia que provocó el estallido de la segunda guerra mundial y que la gente permitiese a hacer a Hitler lo que hizo de forma impune e incluso con apoyo.

   Por lo tanto, una "pequeña" guerra, hastía a la gente de horror, les hace ver que el problema era banal frente a la realidad y que deben dejarlo de lado pase lo que pase. Otro buen ejemplo de los "beneficios" de las pequeñas guerras, serían los distintos campos de batalla entre EEUU y la URSS durante la guerra fría. Sin guerras como la de Vietnam la tensión habría crecido de forma mucho más rápida y estallando un conflicto global simultáneo mucho más grave.

   Es decir, más que como una forma de que la olla libera algo de presión, es una forma de quitar la olla del fuego.

Pablo:
   Parto de una teoría en la que el ser humano ha perdido todo eso conocido en el mundo de los animales como instinto. El ser humano nace inscrito en el lenguaje, lo que le da la oportunidad de establecer un orden y unas reglas basadas en algo más que en el hambre o la sed. Desde la teoría psicoanalítica, los instintos pasan a ser pulsiones. Digamos que las pulsiones, mediadas por el lenguaje, calman o aminoran la necesidad de la persona de obtener aquello que quiere, cuando lo quiere (algo parecido a lo que haría un animal). Es por esto, pese a mantener estructuras cerebrales que coinciden evolutivamente con la del resto de animales, el ser humano marca aquí la diferencia. El lenguaje rico y articulado que le permite llegar a la cumbre de la cima evolutiva, digamos.

   No estoy de acuerdo tampoco en con que las guerras sirven para que la gente se de cuenta de que la idea inicial por la que se inicia el conflicto sea una tontería. Puede hacerse la lectura contraria, y es que una vez que le persona ha entrado en guerra, se afianzan aun más las posturas de cada bando, que ahora ya sí son inamovibles.

Jasón:
   Si, por supuesto, eso ocurre en un principio, pero conforme el conflicto avanza, esas convicciones comienzan a flaquear entre las masas.

Pablo:
   Cualquier guerra deja una herida abierta transgeneracional, haciendo que la repercusión de esta sobreviva pese a que se hayan enterrado a sus muertos. Respecto a los motivos de la segunda guerra mundial, se produce un clamoroso escarnio contra Alemania, y es ahí con la flaqueza que proporciona el hambre y la desigualdad cuando una ideología concreta aprovecha la debilidad de la masa para implantar una idea a la población.

Jasón:
  Como decía, consecuencias de una resolución abusiva componiendo a Alemania como única culpable de todo el conflicto. En cambio, ahora mismo no hay ningún rencor hacia/por los alemanes en el resto de países, lo cual sería una buena prueba de hasta que punto llegó la segunda guerra mundial a "hartar" a la población de esa lucha estúpida.

   Sobre los instintos, insisto en lo mismo, es cierto que el lenguaje y la educación social actual del ser humano reduce en gran medida el impacto de los instintos en nuestra vida, pero principalmente la codicia y el egoísmo siguen pudiéndose ver en pequeños actos cotidianos o en sentimientos muy extendidos muy comunes como la envidia al ver que tu vecino o compañero cobra mas que tu haciendo lo mismo. No te alegras por su suerte, sino que lo maldices y criticas por ella (un buen ejemplo en España sería el “reciente” conflicto de los controladores y el argumento principal de “es que cobran mucho”).

   La guerra es algo horrible desde luego, pero dado el carácter innegable del ser humano y la situación actual de la especie en cuanto a depósitos armamentísticos acumulados (principalmente de armas de destrucción masiva) creo que los pequeños "conflictos bélicos" son absolutamente necesarios si no queremos volver a la edad de piedra con un 5% de la población sobreviviendo a duras penas y medio planeta destruido y en invierno nuclear.

   Si esas armas no existiesen, estaría de acuerdo en el diálogo, pero desde que cualquier psicópata puede exacerbar el odio subyacente del pueblo hacia un determinado colectivo o país, para llegar al poder y tomar decisiones de guerra abierta con el apoyo de las masas... prefiero 100 pequeñas guerras, que una tercera guerra mundial con armas actuales de por medio.

Guerra si, armas no, podría ser mi posición simplificada.

   Por cierto, como puntilla incendiaria, decir que una guerra civil contra el régimen "comunista" en China no les iría mal. Sería una "buena" forma de controlar el insostenible crecimiento poblacional en este país y de derrocar a un dictador. Algo así como el frente ruso de la 2GM, más gente que balas.

   Bueno, sentadas estas bases pasemos al tema actual en particular:

   Intervención armada en Libia ¿si o no?

Pablo:
   No sé, y te explico por qué no sé.

   La situación en Libia es de conflicto entre iguales. Con esto quiero decir, una parte de la población se encara a la situación actual del país y decide acabar con el régimen totalitario que la regía hasta el momento. Bueno, se responde a este levantamiento con una persecución de todos los alzados, propiciando así el principio de una guerra civil.
   Hasta aquí la parte descriptiva del asunto. A partir de ahí, se produce una crisis global por culpa de la presencia de las grandes multinacionales del petróleo en el país, lo que despierta el interés de el resto del mundo. De forma paralela, comienza una matanza por parte del régimen de Gadafi, lo que hace que también la prensa internacional se haga eco de la situación. Naciones Unidas le da un ultimátum a Gadafi y este declara un alto al fuego no llevado a cabo. Lo que lleva a la OTAN a intervenir.

   Bien, ahora podríamos tener dos razones para llevar la intervención a cabo, una, la de intentar que Gadafi no masacre a su pueblo aprovechándose de la gran cantidad de armas disponibles, y otra la de asegurarse que el petróleo queda a salvo y con él la economía del resto del mundo.
   Los países que han mandado militares al terreno, dicen que no intervendrán para derrocar al dictador (cosa que ya supone una diferencia con la anterior guerra que vivimos que fue la de Irak). Lo que no termino de entender es el porqué si no queremos derrocar a la persona que masacra al pueblo libio, mandamos militares para controlar el espacio aéreo del país. Por esto dudo de las intenciones de los países miembros de la OTAN y la necesidad real de participar en esta guerra

Jasón:
   A mí personalmente, me parece que los que entonan el "no a la guerra" son una panda de hippies come flores sin sentido común.

(¿Se han ido ya todos echando espuma por la boca? Ok, entonces continúo exponiendo argumentos.)

   Es evidente que la intervención internacional es necesaria en el conflicto, y más cuando la parte a derrocar no está usando a "una parte del pueblo a su favor" como suele ser común en guerras civiles, sino que está usando principalmente mercenarios y armas proporcionadas por otros países amigables al régimen de Gadafi. Esto hace que más que una guerra civil, sea una masacre a los opositores.
   Pero igual que estoy de acuerdo con la intervención con lo que no lo estoy es con el tratamiento que se está dando de la misma. Lo primero es que se ha tardado mucho en actuar y mostrar una posición firme en contra del líder libio. Se ha tratado con excesiva cautela, como esperando a ver qué pasaba, si la gente se cansaba... que solo faltaba que Gadafi retuviese el poder y nosotros hubiésemos dicho que es un hombre malo malísimo, a ver si iba a dejar de darnos petróleo y la hemos cagado. Ni me parece correcto eso, ni el futuro tratamiento que se le va a dar, en el cual estoy seguro, la OTAN y sus participantes van a quedar como los héroes, los que han venido a liberar al pueblo Libio de la opresión (cuando ha sido el propio pueblo el que se ha levantado). Eso sin contar con que muy posiblemente se meta mano al terminar y en el gobierno "democrático" que llegue al poder. Aparte de que lo que se debería de hacer es apoyar a los rebeldes y ayudarles, y no ir con las fragatas, tanques y cazas por libre cargándose objetivos...

Pablo:
   Estoy de acuerdo con lo que dices, y es por esto por lo que dudo no tanto de lo necesario de la intervención sino de los motivos de la misma.

Jasón:
   Damos por finalizado el debate pues. Un placer haberle tenido aquí señor Pablo Parreño.

Pablo:
   Igualmente, ha sido un placer para mi el poder acudir a este foro y debatir un tema de actualidad como este.

No duden en comentar su opinión sobre el tema. También estoy abierto a insultos y/o amenazas de muerte en los comentarios siempre que estén escritas con una ortografía correcta, gracias.

domingo, 13 de marzo de 2011

Cuervos

viernes, 11 de marzo de 2011

H. Recuerdos de las estatuas

   Tumbado en el sofá H pensó que hacia mucho que no salía a correr... al mismo tiempo recordó aquel día que se fue a caminar y terminó sentado en la playa a oscuras, intentando apaciguar su mente; aquel día había acallado a sus instintos... provocando que su conciencia gritase... Estúpido... ¿De verdad tenías que hacerlo?... Ya sabias lo que pasaría, ¿por que lo hiciste entonces?... Porque pensarlo sin decirlo no cambia el hecho de sentirlo, porque el iba de frente y con seguridad... recordó el frío aire sobre la arena, la hipnótica luz del faro sobre el cabo...

   Observó por la ventana y vio que estaba anocheciendo por lo que decidió salir a correr y dirigirse hacia el faro para verlo de cerca. Al fin y al cabo, tampoco tenía nada mejor que hacer, como siempre. Se preparó y bajó a la calle en dirección al paseo marítimo. Siguiéndolo pronto llegó al vistoso cambio de rasante a partir del cual todo el paseo había sido renovado y redecorado. Al poco se encontró con una estatua que ya había visto otras veces cuando había pasado por la zona. Dos niños jugando a saltar el potro, con el niño que salta orientado hacia el mar.
 

   No le gustaba especialmente aquella estatua pero la tenía como una mera curiosidad del paseo por lo que continuó con indiferencia... Correr conseguía distraerle un poco de sus propios pensamientos y relajarle... A lo lejos observó a una persona parada cerca de las palmeras y los bancos. Era algo a destacar ya que el paseo estaba desierto y apenas se había cruzado con nadie desde que salió.  Estando más cerca se sorprendió al ver que era una estatua metálica más, esta vez de una mujer con una niña en brazos, orientadas a la playa de nuevo.


   Curioso, pensaba que la de los niños era la única, uno de esos "monumentos" simples que ponen en todas las zonas renovadas... Al final aquello no había salido tan mal, de hecho había salido bien... Cuidado con ese señor... Bien, si claro, eso había salido bien pero después... Después todo se fue a la mierda.. ¿Aquello es otra estatua? Lo había arruinado todo, tenía tanto potencial... Si, es otra estatua, parece una pareja... Daba igual, al fin y al cabo había demostrado que aquello no merecía ni ser recordado... Llegó al final del paseo junta a aquella última estatua, una pareja de ancianos...


   Miró alrededor y se quitó las zapatillas para continuar corriendo por la playa hasta la cala del faro. Enseguida descubrió que no había sido tan buena idea, no era tan cómodo como pensó en un primer momento... en la orilla había un par de pescadores colocando sus cañas, le hacían gracia las puntas luminosas de estas...


   Se apartó un poco, solo le faltaba pisar un anzuelo... Efectivamente, lo de ir descalzo no fue buena idea, se le estaban haciendo polvo los tobillos... Finalmente llegó a la cala y se subió a las rocas para limpiarse de arena los pies con el agua, tras lo que se colocó las zapatillas, ya que caminar por la zona rocosa y los senderos sin ellas no sería muy agradable... Así llegó al final del cabo muy cerca del faro... pero estaba rodeado de casas y estaba muy oscuro ya como para ponerse a buscar senderos... Miró a su alrededor y vio una curiosa y alargada roca que nacía como un cuerno adentrándose en el mar. Era más bien suelo en lugar que una simple roca, pero estaba formada por una sola pieza... Se sentó allí mirando el mar... Seguramente es como un pequeño delta creado por los depósitos fluviales ya que nace por donde se nota que baja la riada de agua de la pequeña colina... Pronto se relajó allí sentado, descubriendo como el sonido del mar mataba sus pensamientos y hace que solo pueda tener una o  dos corrientes de pensamiento a la vez... lo cual le resultaba bastante tranquilizante. Era curioso, parece que las estatuas van representando a lo largo del recorrido del paseo la evolución del hombre, la niñez con sus juegos y despreocupación; la madurez con sus responsabilidades y finalmente la vejez con su nostalgia... Puede que la obra no fuese tan carente de significado como parecía... o que solo fuese una coincidencia no intencionada... Al cabo de un rato volvió en si, dandose cuenta de que llevaría como media hora allí en silencio sentado... Tampoco podía saberlo ya que no llevaba reloj...
   Al llegar de nuevo al paseo se acercó con curiosidad a la estatua para observarla más minuciosamente. Era la más detallada y la que más le gustaba de las tres, no sabía porque... la mujer agarrando un antiguo collar, el hombre colocando cariñosamente la mano sobre su hombro... la pequeña mochila colgada de su brazo con quien sabe que dentro, ¿una vieja cámara de fotos quizás?


   En ese momento se dispuso a continuar y mientras corría comenzó a imaginar la vida de esas personas... ¿Por qué estaban allí?... ¿Qué pensaban en ese preciso instante en el que han quedado congelados?... pero esos pensamientos se vieron interrumpidos por otro mas entretenido... la vida de esas estatuas, condenadas a mirar eternamente un mismo paisaje... pero, ¿siempre el mismo? en realidad es un bonito y tranquilo paisaje... y nunca es igual, las pequeñas dunas de la arena diferentes cada día... cambiadas por el viento y el arado de la limpieza nocturna... y el mar con las olas... las olas siempre cambiantes... siempre distintas, cada una única... como copos de nieve de espuma blanca.


   Así que, en realidad no era tan monótona y mala su condena ¿no?... Pero, no siempre era así... no siempre había paz, silencio, tranquilidad... solo el ruido el mar, solo las cambiantes olas y la arena en el paisaje, además de algún ocasional caminante, solo la salada fragancia marina. También habían épocas de estrés, de masas de gente rodeándolos a todas horas... los veraneantes bajando a la playa y volviendo de ella toda la mañana, la gente yendo a los restaurantes del paseo al mediodía... personas hacia la playa de nuevo por la tarde... las familias paseando temprano a la noche... los jóvenes que van a los botellones nocturnos en la arena por la noche hasta la madrugada... un flujo incesante y constante de personas pasando por todas partes, haciendo ruido e incluso ensuciándolos o maltratándolos. Pero tampoco era una mala época... durante dos meses salían de su, ya entonces, aburrida cambiante monotonía para tener miles de detalles que observar, para poder estudiar desde una posición privilegiada e insospechada el comportamiento de cuantos pasan a su lado cada día, nuevos sonidos y voces que escuchar, cientos de rostros, ropas... todo un nuevo mar, esta vez de personas, también único e irrepetible, siempre cambiante, siempre distinto, un mar social, repetición de comportamientos en un ordenado caos... Y, después, como disculpa por las molestias causadas, diez meses más en que la mayoría de los días apenas pasará junto a ellos una persona cada media hora... donde el único sonido incesante y constante será la ligera brisa y el oleaje... Amanecer, anochecer y vuelva a empezar, un bucle siempre igual... Testigos únicos de una lenta y a la vez rápida evolución que transforma el paisaje día a día, la vida día tras día... una evolución de la que solo se dan cuenta ellos; mientras al resto ni siquiera se les ocurre mirar de verdad a su alrededor y dejar de mirarse a ellos mismos... Observar con otros ojos, viendo con pena los buenos y alegres hechos diarios, enfocando con optimismo y alegría la triste y deprimente realidad.

sábado, 5 de marzo de 2011

H. Día gris

   Apoyado en una barandilla observó el cielo. Estaba cubierto, parece que pronto comenzaría a llover, debería continuar su camino... ¿continuar su camino? No iba a ninguna parte, solo andaba sin rumbo como tantas otras veces, divagando, descargando ese desasosiego e incomprensión que le invadía tras día. Era en esos momentos en los pocos que realmente se sentía bien, en paz y tranquilo. ¿Qué le retenía allí parado entonces? Nada, simplemente había parado para escoger una nueva carpeta que reproducir en su mp3 y respirar profunda y tranquilamente. Observaba su alrededor... los coches pasando velozmente por la avenida, parando en los semáforos del cruce; ese hermoso cielo gris nublado; la gente caminando de un lado para otro, un grupo de adolescentes ruidosos riendo entre ellos, una seria señora, una joven pareja de la mano... todos corriendo de un lugar a otro, sin apenas levantar la vista o fijarse más que en sus acompañantes, si los tenían... "todos indiferentes, presentes pero ausentes de un modo inconsciente..." * Gran letra de Arma Blanca, unos versos muy adecuados...

   Aquella chica sentada en la terraza le llamó la atención. Sencilla, no llevaba el habitual aspecto arreglado y ostentoso de las chicas de su edad... y de los chicos... lacra de generación, depresión de pertenecer a esta y no sentirse parte de ella... Había continuado observando los alrededores, pero su mirada siempre se terminaba posando sobre aquella chica, observándola minuciosamente sin ser visto, o al menos eso creía (y esperaba). Había algo en ella que le provocaba una gran curiosidad, interés... Era más bien delgada y con el pelo hasta los hombros, pero no una gran belleza, un "pivón", una "tía buena"... sin embargo, su sencillez... en eso radicaba su atractivo, se podía decir que era bonita... Era ella la que lo retenía allí, la que había anclado sus hombros a la barandilla, su mente a ese lugar; la que había condenado a sus ojos a vagar, entre las masas de cemento y cristales que se elevaban hacia el cielo y las gentes que como atareadas hormiguitas corrían, para poder captar un rápido vistazo de ella, unos segundos de su imagen y observar algo de su comportamiento. Y así absorto como estaba, se dio cuenta de que había quedado mirándola fijamente, mirando al vacio en su dirección mientras divagaba, y que ella le observaba ahora atentamente desde lejos. Rápidamente pero disimulando bajo la mirada, se arregló la chaqueta y siguió su camino alejándose de la baranda.

   ¿Se había dado cuenta de que la estaba mirando? Bah, no que más daba... La gente seguía caminando por las calles rápidamente, como había ocurrido durante todo el día, como ocurría todos los días... sin pensar, ¿qué mejor que la mano de obra barata? La ignorante, la estúpida, la vacía... fácil de controlar, fácil de abaratar, fácil de expoliar sin que levanten la voz... dóciles, solo agachan la cabeza y murmuran "algo es algo, hay gente que está peor"... Su despreocupación, parecía estar absorta todo el rato, como en otro mundo; salvó cuando miró en su dirección... la mirada se le había encendido y observaba con viva pero callada curiosidad. Pero, ¿le miraba a él? Nada, seguramente ni se había fijado y para ella solo formó parte del paisaje como el resto de la gente que por allí pasaba. ¿Qué miraba entonces? Algún detalle en la fachada, en los carteles de las tiendas tras él, el autobús pasando o algún extravagante viandante, como un punky vestido de cuero negro y con el pelo teñido.

    Sintió caer una gota en su cara y miró hacia el cielo, comenzaba a chispear. Se sentó en uno de los bancos de piedra que formaban parte de las recortadas esquinas de los edificios colindantes a la céntrica glorieta y, apoyando la cabeza sobre el respaldo, miró hacia el cielo. Una gaviota pasó volando rápidamente, seguramente volando hacia la seguridad de su nido o lugar de descanso habitual. Volvió a mirar hacia abajo y se perdió entre los pequeños puntitos que marcaban la acera por doquier y desaparecían rápidamente siendo sustituidos después una y otra vez. Parecía que apretaba poco a poco, y la gente lo notaba. Ahora caminaban más rápido, con más prisa, estresados... A el le gustaban esos días, lluviosos, grises... días calmados y regulares, sin viento, pero con una atmósfera extraña, nostálgica... Pronto empezó a caer más fuerte, así que se colocó la capucha de la chaqueta y, tras unos segundos de pensamiento en blanco, se levantó y comenzó a desandar sus pasos con las manos en los bolsillos. Le gustaba caminar bajo la lluvia pero no coger una pulmonía.

   Ya casi diluviaba mientras volvía, con la mirada gacha para que la capucha actuase a modo de visera y no se le mojasen los cristales de las gafas, cosa bastante molesta. Le guiaban inexactas miradas de reojo hacia el frente (la parte alta de su campo visual en esa situación) y esquivaba a la gente en base a las piernas que veía aproximarse hacia él. Sentía las gotas caer sobre sus hombros y la cabeza, rebotando en el tejido semi-impermeable de la chaqueta... era una sensación placentera junto con el ruidoso rumor de la lluvia cayendo en la calle, tan solo interrumpido por algún molesto claxon de coche.

   En ese instante se percató de que estaba a punto de chocar con alguien y trato de esquivarle moviéndose hacia la derecha, pero en tan repentino movimiento el suelo mojado y las desgastadas y planas suelas de sus zapatillas le jugaron una mala pasada, haciéndole resbalar y perder el equilibrio cayendo hacia atrás... cuando sintió un brazo tras su espalda que evitaba la caída e instintivamente se agarró al hombro que había ante el.

   Al levantar la mirada la vio, era ella, la chica de la terraza. Llevaba el pelo calado y volvía a tener esa mirada curiosa pero con algo de nerviosismo y vergüenza. Con la cabeza algo baja y el brazo aún tras su espalda le obsequió con una tímida sonrisa, ante lo que el apenas pudo susurrar un "Gracias" sin salir de su asombro. Sin darse cuenta de como ni cuando, se separaron y continuaron su camino, cada uno en un sentido. Increíble. ¿Cómo era posible? ¿Le habría reconocido? Quizás se había fijado en el cuando lo vio acercarse por la calle, quizás le reconoció por la chaqueta y el resto de la vestimenta. Desde luego aquel acto le había impresionado y generado un gran interés. Miró hacia atrás mientras caminaba y la vio alejándose al final de la calle. Sonrió, otro maravilloso día gris. Quizás la volviese a ver... desde luego, si volvía a ocurrir, no dejaría pasar la ocasión de tratar de saber un poco más de ella.
 
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